Lo hizo en la Comisión de Energía y Combustibles, en donde señaló que este contexto no es el mismo que en 2006. Un borrador de la nueva ley muestra que los cortes en las naftas se reducirían.

El secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, ratificó el cambio de la normativa que al día de hoy rige sobre la producción y comercialización de los biocombustibles, y es inminente la presentación del nuevo proyecto de ley elaborado por el diputado Máximo Kirchner.
Como parte de su declamación en la Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados, dijo que la ley sancionada en 2006, que perderá vigencia en mayo, “funcionó bien de acuerdo con el contexto nacional e internacional en el que se elaboró”. Según indicó, hoy el contexto es otro y el sector se encuentra ante la posibilidad de contar con un régimen que esté en consonancia con el presente, tanto a nivel local como global.
En esa misma línea, agregó que “la ley finalmente sancionada en 2006 fue un instrumento acorde al contexto de ese momento, para incentivar las oportunidades de inversión y exportación ante la demanda creciente por parte de otros países”. Hoy, Martínez entiende que el objetivo del gobierno “es lograr la mayor sinergia entre todas las realidades de la situación local, cuidando cada puesto de trabajo y el impacto en el medio ambiente”.
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Uno de los datos más destacados, y que algunos referentes del sector anticipaban, pasa por el tratamiento diferenciado que tendría la nueva normativa según el insumo en el que se base la industria para la producción del biocombustible. El secretario habló de la necesidad de hacer una “distinción” entre ellos, y remarcó que el bioetanol elaborado a partir de la caña de azúcar (con base en Tucumán), a diferencia del maíz y la soja, “carece de un mercado de exportación”.
Esto quiere decir que, frente a la imposibilidad de encontrar un mercado en el exterior, el bioetanol hecho a base de caña de azúcar –también existe el bioetanol producido a partir de maíz, principalmente en la provincia de Córdoba tendría– se vería beneficiado en comparación con el resto de las alternativas dentro del sector.
EOL pudo acceder a un borrador del nuevo régimen que llevaría Máximo Kirchner en los próximos días a la comisión, y en el texto se determina que, del 10% de corte obligatorio total del bioetanol en la nafta, deberán adquirir en forma obligatoria “el 6% en los cupos y a los precios que determine la Autoridad de Aplicación, a las empresas productoras de bioetanol a base de caña de azúcar; el 2,5% a las pymes, cooperativas de pymes y asociaciones de éstas, productoras de bioetanol a base de maíz y el restante 1,5% podrá ser adquirido por las empresas mezcladoras sin restricción de cupo y precio”.
Por parte del biodiésel, según indica el borrador del nuevo régimen, el corte sería del 5%, lo que en definitiva haría que los cortes en el combustible se reduzcan a la mitad. Además, se estipula que las únicas plantas que podrán producir biocombustible –una sola de ellas por cada productor– son aquellas que fueron registradas a la fecha del 31 de diciembre del 2020, lo que significa que no podrán ingresar nuevos actores al sector.
Ante la diferenciación en el tratamiento de los escenarios que afrontaría la caña de azúcar respecto al maíz y la soja, cuesta pensar en una futura respuesta en bloque, unificada, por parte de las provincias productoras. Lo que sí se puede evidenciar es el peso que están teniendo las petroleras en esta discusión y el afán del Gobierno no tanto de impulsar o robustecer al sector de los biocombustibles de cara al futuro, sino más bien de que pueda mantenerse en pie.