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La Iglesia salió al cruce del proyecto oficialista de biocombustibles

Amparado en la necesidad de avanzar hacia una transición energética, la Conferencia Episcopal Argentina cuestionó el espíritu de una normativa a la que describe como un “retroceso” en materia ambiental.
Biocombustibles

La Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina emitió un duro comunicado en el que cuestiona la Ley de Biocombustibles que busca impulsar el oficialismo y que llegaría a Diputados en los próximos días. La visión de la Iglesia Católica, en este comunicado, sostiene que el proyecto de ley propuesto “implica un franco retroceso en la política ambiental argentina”.

“Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas– necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora”, es el fragmento de Laudato si’, la segunda encíclica del Papa Francisco, que encabeza el documento del episcopado en el que, lisa y llanamente, sostiene que la normativa impulsada por el Gobierno atenta contra los compromisos climáticos adoptados en el Acuerdo de París.

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Son varios los elementos negativos del proyecto de ley en los que recae la Conferencia Episcopal Argentina. Por un lado, señala que “reduce el porcentaje de biocombustible en la mezcla de los combustibles en el surtidor; se contradice y formula afirmaciones poco claras respecto de los costos asociados, y deja a la transición energética a criterio del mercado cuando es una política pública obligatoria”.

En cuarto lugar, remarca que la ley “establece como autoridad de aplicación a la Secretaría de Energía, cuando debiera ser tripartita, integrando Energía, Ambiente y Desarrollo Sustentable y Producción Agropecuaria, dada la trascendencia de las cuestiones involucradas”.

La Iglesia señala aquí que el país, en diciembre de 2020, actualizó sus metas de mitigación del impacto ambiental generado por lo que presentó nuevos lineamientos en pos de no exceder para 2030 las emisiones de dióxido de carbono a las que se comprometió. En consecuencia, recuerda el documento, “para la promoción de sistemas de transporte sostenible, se habrán implementado políticas derivadas del enfoque Evitar-Cambiar-Mejorar, fomentando en particular la eficiencia energética y la mayor utilización de gas natural, hidrógeno, electricidad y biocombustible”.

De este modo, entienden que el contraste entre el objetivo estipulado de promoción del biocombustible en el sector del transporte y el espíritu de la ley se hace evidente. A su vez, subraya que la iniciativa impulsada por Máximo Kirchner está “dejando de lado un proyecto de ley que prorroga la vigencia hasta 2024 de la ley actual, que cuenta con media sanción”.

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También, la Iglesia hace mención al informe “Net Zero by 50” de la Agencia Internacional de Energía (IEA), en el que se indica que las formas modernas de bioenergía desempeñan un papel clave en el logro de emisiones netas cero”.

Por lo pronto, y a pesar de no tener el visto bueno de una gran parte del arco político, el oficialismo obtuvo el dictamen en Comisión, semanas atrás. Ahora, cuenta con cerca de treinta días para tratar y aprobar la ley en el recinto, para lo que necesitará contar con el voto de ciertas bancas de la oposición.

El temor del Gobierno pasa por lo que pueda suceder eventualmente en el Senado, aquella cámara que en octubre pasado aprobó la prórroga de la ley actual de biocombustibles y que quedó a la espera de la rúbrica de Diputado, lo que nunca sucedió.