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Final de la COP27: pocos avances y muchas dudas por el financiamiento climático

La semana pasada fue la última de la Conferencia de las Partes, pero la más importante ya que se llevaron a cabo las negociaciones y debates que culminaron con un documento publicado el domingo.

Tres días después de lo esperado, la Conferencia de las Partes (COP 27) culminó. La semana más dura del evento se condensó en una serie de documentos finales que se publicaron recién el domingo pasado. Hubo grandes avances en puntos cruciales para los países del sur global, aunque varios dirigentes, incluido el más alto mando de Naciones Unidas, opinan que fue una “COP lenta”. “Necesitamos aumentar nuestras ambiciones… o cooperamos o perecemos”, declaró el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres el domingo por la tarde.

Durante esa semana, los debates giraron especialmente en torno al financiamiento climático, pero no solo con el convencional énfasis en la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, sino con programas de adaptación al cambio climático (CC), y el financiamiento de pérdidas y daños. También se vertieron tres documentos determinantes para la consolidación del artículo 6 del Acuerdo de París. Estos documentos precisaron el funcionamiento de los mercados de carbono, una deuda que había quedado desde Glasgow.

Mandatarios de relevancia internacional aparecieron en escena durante esta semana, lo que dio un grado más de relevancia a la conferencia. No obstante, organizaciones ambientalistas temen que estos representantes solo dieran discursos grandilocuentes que después de unos meses queden en el aire. Aun así, varios políticos relevantes para la Argentina aparecieron en la conferencia y declararon compromisos relevantes. De los que se puede destacar a Joe Biden, Lula da Silva y Gustavo Petro.

Por otro lado, hubo una sorpresiva demostración de unidad desde la región de América Latina, y especialmente la de los miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que emitieron un documento con un mensaje claro: es necesario que los países del norte cumplan con el financiamiento al que se comprometieron desde 2019, aumentar dicho financiamiento y pedir incluir en la mesa de debate el canje de deuda por acción climática. Estos temas causaron tensión entre las partes, algo que, según juzgan analistas.

Sin embargo, el aliento se mantuvo somero este año en la COP. Ya que debates que ya se habían consolidado en Glasgow, la semana pasada rebalsaron. Especialmente el acuerdo de mantener las emisiones por debajo de los 1,5°C. Un tema que especialmente países muy asociados a los “lobbies petroleros” buscaron modificar. Y aunque al final de la contienda este acuerdo se mantuvo, fueron varias horas de desgaste y presión que pusieron en el borde un punto algo fundamental: la celeridad en cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Financiamiento climático, el Global Shield y Pérdidas y Daños

Desde hace varias conferencias (COPs) se debate la necesidad del financiamiento climático. Especialmente, esta responsabilidad recae en los países desarrollados, ya que estos son los mayores emisores. Sin embargo, hasta este año no se habían consolidado metodologías sólidas para hacer llegar esa plata. El caso más emblemático de esto es la promesa de dar 100.000 millones de dólares anuales a países en desarrollo para impulsar su transición. Pero este año, se incluyeron otras variables a la fórmula.

Durante los primeros días de la semana pasada el foco giró hacia financiar pérdidas y daños. En otras palabras, todos los sucesos, consecuencia del cambio climático, que ya han generado estragos en países como las inundaciones del año pasado en Pakistán. Este fue uno de los principales logros de la conferencia y el más emblemático. Por primera vez en la historia se habla de pérdidas y daños y se consolidó un fondo. Según este documento, para establecer las normas de este fondo se creó un Comité de Transición que deberá reunirse por primera vez antes del 31 de marzo del próximo año y llevar al siguiente COP una hoja de ruta para implementar dicho fondo.

Por otro lado, Estados Unidos, Alemania, Escocia, Dinamarca, Irlanda y Bélgica anunciaron un desembolso de alrededor de 250 millones de dólares para luchar contra el cambio climático y sus efectos. Una cifra que parece esperanzadora, pero que resulta insuficiente. Alemania propuso crear una un fondo llamado Global Shield, que fungiría especialmente para pérdidas y daños, sin embargo, algunos países argumentan que esta es otra iniciativa más impulsada por los países del norte y que no tiene la fuerza que requiere este punto. Según estimaciones, en 2030, los costos por pérdidas y daños podrían rondar entre 290.000 a 580.000 millones de dólares.

Los países miembros de la CELAC, publicaron un documento en conjunto que también exigía a los países desarrollados cumplir con su compromiso de pagar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para impulsar la transición energética. El archivo significó una voz de unidad de la región. “Es una propuesta que venimos hablando. Cómo podemos traducir eso que tiene África a la hora de negociar, que nos va a beneficiar para ser más potentes, nos va a beneficiar porque nuestras delegaciones también a la hora de negociar somos menos”, explicó Cecilia Nicolini, secretaria de Cambio Climático de la Argentina la semana pasada.

No obstante, el cumplimiento del pago fue la primera de tres exigencias que la CELAC planteó. También puso sobre la mesa la necesidad de aumentar dicho financiamiento, y finalmente propuso que considerar un canje de deuda por acción ambiental. “No necesitamos que nos regalen dinero de los presupuestos de los países ricos, necesitamos que se libere del pago de deuda a muchos de los países pobres, a todos los países en desarrollo para que ese dinero que hoy va al sector financiero vaya a la acción climática”, declaró el presidente colombiano, Gustavo Petro. Pero la posición regional no fue compartida por todos, especialmente por los grupos del Norte Global que mantuvieron una riña constante.

Estados Unidos y la Unión Europea se mostraron ligeramente receptivos ante la necesidad de financiamiento, sin embargo, pusieron varias condiciones para otorgarlo. Especialmente en el punto de pérdidas y daños. “El hecho de que sea un tema de la agenda significa que no sólo hay que hablar, sino que hay que obtener resultados. Trabajaremos para conseguir ese resultado”, declaró John Kerry, enviado presidencial especial de los Estados Unidos para el Clima. “Sin embargo, Estados Unidos no establecerá una estructura legal que esté vinculada a la compensación o a la responsabilidad”, agregó. Según Periodistas por el Planeta, la estrategia fue la de “patear el financiamiento” para la siguiente COP.

Otro punto importante que tanto Estados Unidos como la Unión Europea plantearon fue que se sustituyeran las palabras “países desarrollados” por “Partes que tengan capacidad para ello” para adjudicar la responsabilidad de financiamiento. Algo que China tomó como un ataque directo puesto que oficialmente es considerado un país en desarrollo, aunque es también uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero.

La COP amazónica y la aparición de Lula

Desde el lunes de la semana pasada, entre los pasillos de la COP se hablaba de la aparición del presidente brasileño electo, Lula Da Silva. Fue una situación polémica, ya que es el único político que llegó en representación de un gobierno que aún no ha tomado posesión. Sin embargo, el único efecto que generó fue de gratitud por el compromiso que representa su asistencia a esa conferencia. Algo que el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro nunca hizo.

Entre los anuncios que dio el futuro presidente es que habrá mucho énfasis en la política climática, se comprometió a incrementar su contribución determinada de reducción de emisiones a nivel nacional (NDC) además de comprometerse a proteger la Amazonía. Anunció que buscaría acabar con la deforestación ilegal en la zona, algo que aplaudieron los gobernadores de las regiones amazónicas en Brasil. El futuro presidente aprovechó para reunirse con John Kerry y con el representante de China, Xie Zhenhua. Incluso sugirió al presidente de la conferencia hacer la COP 30 en el Amazonas.

El debate por los hidrocarburos

Algo que se comenzó a ver desde el inicio de la COP se acentuó la semana pasada. Varios periodistas notaron la presencia de representantes petroleros en la COP. Periodistas por el Planeta calculó que de 30.000 asistentes 600 defendían el uso de hidrocarburos. Una coalición de grandes productores petroleros, que incluye a Arabia Saudita, China, Cuba, Irak, Irán y Myanmar han tratado de detener los debates en cuanto al gas y petróleo. Incluso, comentan que se han intentado victimizar argumentando que “están siendo crucificados por los grupos ecologistas”.

En cuanto al gas, los países anfitriones de la COP 27 y 28 han insinuado su deseo de lavar la cara del gas como un hidrocarburo asociado a la transición energética. Algo que en las esferas científicas está más que sepultado. Aun así, tanto Emiratos Árabes Unidos como Egipto califican estas conferencias como una “gran oportunidad para defender el gas en la transición energética”.

Por otro lado, la guerra en Ucrania ha reimpulsado la producción de hidrocarburos, incluso del carbón. Se prevé que, para el fin de este año, las emisiones aumentarán un 1%, alcanzando 36,6 GtCO2, ligeramente por encima de los niveles previos al Covid-19. El panorama 2022 entre los principales emisores es mixto: se prevé que las emisiones caerán en China (0,9%) y la Unión Europea (0,8%), y aumentarán en Estados Unidos (1,5%) e India (6%), con un aumento del 1,7% en el resto del mundo combinado.

En contraposición, fue sorprendente la petición de India, que llamó a respaldar la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles. Pedido al que se sumó Colombia, Reino Unido y la Unión Europea, Dinamarca, la agrupación de los 48 países menos desarrollados y algunos de los 38 países de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares. A esto se suman los países dentro de BOGA, la Alianza Beyond Oil and Gas, un grupo de países alineados en torno a la eliminación gradual gestionada de los combustibles fósiles. A un año de su lanzamiento se sumaron nuevos miembros: Fiji, Tuvalu, Kenia y Chile se unieron como “amigos de BOGA” -categoría en la que están Italia, Finlandia y Luxemburgo-. Paralelamente, Portugal y el estado de Washington, Costa Rica, Dinamarca, California, Francia, Groenlandia, Irlanda, Quebec, Suecia y Gales son miembros principales.