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Cómo siguen los aumentos de naftas tras el ajuste del 4% de esta semana

Al igual que en enero, las petroleras aceptaron aplicar la suba pactada en la segunda quincena del mes. Las proyecciones para cuando finalice el acuerdo de Precios Justos.
Naftas

Luego de que Shell encabezara el miércoles el incremento del 4% pactado para febrero, este jueves terminaron de acoplarse el resto de las petroleras que habían aceptado prorrogar la suba para la segunda quincena, tal como sucedió el mes previo para intentar acotar el impacto en la inflación.

En las estaciones de YPF de CABA, las pizarras de los surtidores marcan un valor de $163,10 para la nafta súper, $205,3 para la Infinia, $175,1 para el gasoil D-500 y $245,44 para el gasoil premium.

“Contribuye a compensar la variación del tipo de cambio oficial, los mayores costos logísticos y de operación, y el aumento de precios de los biocombustibles”, destacaron desde la petrolera de bandera.

Sin embargo, el gran interrogante pasa por cómo será el sendero durante cuatro meses posteriores a marzo, donde está previsto un alza del 3,8% en marzo con la que finaliza el acuerdo de Precios Justos.

Para el período abril-julio el ministro Sergio Massa ya anunció la prórroga del programa y avisó que los combustibles volverán a ser parte del mismo, aunque todavía no está confirmado si seguirán la pauta del 3,2% como el resto de los productos.

El problema es que las principales variables locales que determinan el precio del combustible no muestran señales positivas y están lejos de converger alrededor de los porcentajes de aumentos fijados como para que las firmas acepten una renegociación a la baja.

El dólar volvió a pegar un salto, los biocombustibles demandan mayores aumentos producto de la sequía y el dólar soja, y el atraso en la actualización del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono le genera una gran pérdida al Estado que será difícil de sostener.

Para tener una idea, en 2022 el Gobierno dejó de recaudar unos 1.800 millones de dólares por congelar este impuesto para que no tenga mayor impacto en las naftas y se espera que las pérdidas lleguen a 600 millones hasta abril, donde habría que tomar una decisión de proseguir o no con esta política.

Para colmo, el fin de las políticas de confinamiento en China hacen prever un mayor crecimiento del gigante asiático que sin duda tendrá su correlato en el precio del barril internacional, driver crucial para poder hacer un acuerdo con las refinerías locales.