Luego de la corrida bancaria, los precios del crudo cambiaron de signo y las proyecciones para 2023 se alejan de los 100 dólares por barril.

Tras la bancarrota de dos bancos en Estados Unidos, Silicon Valley Bank y Signature Bank, la semana pasada y la venta casi forzada del segundo banco suizo en importancia, el Credit Suisse, a su competidor UBS, el efecto rebote se empieza a sentirse en los mercados de materias primas.
Este lunes el banco de inversión Goldman Sachs hizo pública una revisión de estimaciones para el resto del año relativa a los precios del petróleo, con dos conclusiones centrales.
Por un lado, ya no espera un barril de crudo Brent en niveles de US$ 100 para la segunda mitad del año, y por el otro, se prevé una baja de las cotizaciones en los próximos meses, ante el temor a una desaceleración de la economía mundial, tras la crisis financiera que alumbró en los últimos días.
Goldman Sachs ya ajustó su pronóstico del petróleo para el resto de 2023. Mientras hasta ahora estimaba que el Brent alcanzaría los $100 el barril en el segundo semestre, ahora proyecta que el precio del crudo del Mar del Norte – y referencia para Argentina- llegue hasta los US$ 94 por barril en los próximos 12 meses.
Además, los analistas de Goldman Sachs estiman una leve suba para 2024, tocando niveles de US$ 97 el barril.
La tendencia
“Los precios del petróleo se han desplomado a pesar del auge de la demanda de China, debido al estrés bancario, los temores de recesión y un éxodo de flujos de inversores”, aseguró el banco de inversión en una nota a los mercados que se conoció la semana pasada, de acuerdo a información de la agencia Bloomberg.
Y agregó: “Históricamente, después de eventos tan marcados, el posicionamiento y los precios se recuperan sólo gradualmente, especialmente los precios a largo plazo”, indicó Goldman Sachs.
El temor a una recesión en Estados Unidos, que compensaría una mayor tracción de la economía china es uno de los fundamentos de esta nueva estimación.
En lo que se refiere al temblor financiero desatado en Wall Street la semana pasada, ya tuvo un impacto concreto en el mercado petrolero. Es que el crudo Brent pasó de cotizar a más de US$ 80 el barril a niveles de US$ 75 al cierre de esta edición.
Por su parte, el West Texas Intermediate (WTI) de referencia en Estados Unidos, cayó primero en torno a los US$ 65 dólares el barril para recuperar terreno y quedar en torno a US$ 69,40.
Punto de giro
“Esto sucedió mientras pronosticadores autorizados como la AIE (Agencia Internacional de Energía) y la OPEP dijeron recientemente que esperaban un crecimiento de la demanda más fuerte que el crecimiento de la oferta”, reseñó el portal especializado www.oilprice.com.
Pero en un contexto de endurecimiento significativo de las condiciones financieras en el mundo y señales mixtas acerca de la demanda en distintos mercados, la pregunta que subyace y que aún no tiene respuesta clara es qué pasará con los precios del crudo.
Dependiendo de la fortaleza de la demanda en China e India, dos países cuyas economías crecerán este año, o del lastre que significará la recesión en ciernes en Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea, Canadá y hasta Australia, el resultado será en un sentido u otro.
Las recesiones suelen conducir a menor demanda de petróleo y energéticos en general, y está claro que una menor demanda supone caída en los precios del crudo, al menos temporalmente. Es que los bajos precios incentivan la demanda, incluso durante el proceso recesivo.
Además, el hecho de que China e India, pero especialmente China, incremente su demanda de petróleo no garantiza precios más altos del crudo. La clave para entender esto es que la economía china está básicamente orientada a la exportación y con recesión en sus mercados compradores, los embarques desde Beijing se verían afectados.
Este juego de suma cero hace que las proyecciones de la OPEP y de la AIE respecto de la demanda china de crudo estén hoy entre paréntesis.
Para la OPEP, China agregaría más de 700.000 bpd (barriles por día) este año a la demanda global, para alcanzar un total de 15,56 millones de bpd.
Por su parte, la Agencia Internacional de Energía estima que el crecimiento de la demanda de Beijing generará en el mercado petrolero un déficit en la segunda mitad del año. Pero la crisis financiera en Estados Unidos y Europa y el fantasma de la recesión global, trastocaron todo y ahora todos los escenarios son posibles.